Entra a Bernie's y saldrás hecho todo un 'Barnie'. Variedad en carta, una estética vintage cuidada y un servicio muy amable. ¡Chúpate esa Pegg... Digo... «Conocida cadena de comida americana»!
Puesta de Sol, luces de colores, una terraza enorme, buen rock clásico e interiores de los 60. En compañía, vas a disfrutar muchísimo.
Se levanta el frío cierzo de Zaragoza y, ¿A quién no le apetece una fondue y una copa de vino al lado de la chimenea? ¡Oh, là-là!
Café moderno y fresco; de los de flechazo a primera vista. Recomendadísimo el mejor Chai Latte que haya probado. (Genial el detalle del semáforo que indica si los baños están libres o no).
La especialidad de la casa, resultan ser las migas aragonesas –de todo tipo– (¡Sopresa!). ¡Ellos sí que saben hacer «buenas migas»!
El Buenas Migas más bonito y acogedor de los que he estado, ¡Con unos baños increíbles! Además este sitio es muy especial para mí.
El mejor Starbucks de todo Barcelona. Amplio, muy buen ambiente, baristas simpatiquísimos ¡Y muchos sofás! ¡Pedidle a vuestro barista un chocolate blanco con caramelo! ¡Increíble!
Comida mexicana a precio de Barcelona. Genial el cóctel ‘Margarita’. ¡Volveré! –Aunque sea porque el camarero nos vuelva a cantar ‘Obsesión’ de Aventura–.
'De tranquis' le va que ni pintado: muy acogedor, ecléctico y plagado de reliquias vintage. Dejando una pequeña fianza te prestan juegos de mesa. El 'pero' se lo llevan los modales de la dueña.
Siendo vegetariana –la camarera– nos recomendó la ‘quiché de puré de patata con carne’ y vaya, para comer verde, sabe mucho de filetes. ¡Que buena que estaba! –la quiché–.
Todo un ‘must’ del picoteo. Si sigo frecuentando este local voy a acabar con hipertensión grave pero, ¡Qué buenas están las ‘piedritas’ con salsa de queso azul!
La terracita en alto de fuera es genial sobre todo en invierno con las estufas, la cristalera nueva para verano no me choca pero mola en general!
Si las tablas de la Biblia hubiesen sido las de aquí, las cumpliríamos todos a ‘rajatabla’. Estoy seguro de ello.
¿Sabías que Dalí tiene así el bigote de tanto beber horchata aquí? Siéntate en la terraza y pídete un clásico: horchata mixta y fartons. Apaga el móvil, regresa al siglo XX y disfruta.
Cocina de diseño, fusión, arroces… no sólo se ha de poder disfrutar esto en el centro de Valencia. Comerás bien, pero no calles si no quieres estar esperando 20 minutos la cuenta.
El ‘Little Italy’ en el centro de Zaragoza. ‘Little’ por lo pequeño del local e ‘Italy’ por lo auténtico de sus pizzas, que además podrás ver cómo las preparan al momento.
Suelo de baldosas con mosaicos, sofás reciclados, bizcochos… Del tipo de locales que están tan explotados que ya no sorprenden. Así que bien. Sin más.
Un establecimiento que huele a queso 200 metros antes de llegar a él no puede tener mejor carta de presentación. El día perfecto para ir son los jueves de ‘Juepincho’.
Un clásico en este tipo de locales: sillas recicladas, muy variado, muy bueno, caro y un poco prepotente: si no servís la oferta de desayuno el fin de semana, no cuesta nada borrarlo de la pizarra.
Tenía pendiente probar este sitio y volveré, ¡vaya que si volveré! Todo buenísimo. Y cuando digo todo, me refiero a todo. Camareros incluidos.
Fuera prejuicios. Diseño y gastronomía vegetariana como nunca antes la he probado. Esto sí que es ‘amor sin condiciones’.
Sidra con escanciador automático, patatinas al cabrales, lacón con pimentón de la vera… Faltó el cachopo. Buena muestra de cocina asturiana en la capital. Tip: las medias raciones son generosas.
El local llama la atención sólo con pasar por la puerta. Su carta apuesta por la cocina mediterránea: desde la cocina italiana, pasando por la árabe hasta la nuestra, que es 'muy buena y mucho buena'.
