En la Tel Aviv que se va alejando del mar, puede uno sentarse aquí a respirar la brisa yodada. Un lugar sencillamente mágico
Toda ciudad tiene su reloj... El de esta, esta en la zona más antigua, así que esas manecillas han dado muchas vueltas.
Si tiene la intención de dar un atrevido bocado a la gastronomía del mediterráneo oriental, pruebe las maravillas culinarias que aquí preparan.
Un profundo y vigoroso acercamiento a la historia del moderno Israel desde una perspectiva muy concreta, la de hombres y mujeres decididos a vencer.
La atmósfera de lealtad y compromiso con la nueva patria judía se manifiesta en el sencillo salón donde se cambió la historia del mundo.
Muy cerca de la seductora ciudad vieja de Jaffa, este mercadito puede llegar a convertirse en el ítem que hace la diferencia... Para mi es un lugar de enamorados.
Con un aire muy hipster y una gran oferta de cosas qué hacer y no hacer, es este uno de los espacios más entretenidos de la ciudad.
El Cameri es una joya de la cultura israelí moderna. Un teatro acogedor y muy simpático.
Una perla en el corazón de la ciudad, esta tiendita es tradición. Los frutos secos más frescos.
Este bulevar me hacía sentir nostalgia de Caracas. En realidad muchas veces Tel Aviv me hizo recordar a Macuto o Caracas.
Un rincón inolvidable en el viejo norte de la ciudad. Si el chef no ha cambiado es el mejor bocado de la ciudad. El servicio, realmente cautivador.
A muy pocos metros del casco histórico de Jaffa, esta playa es un tesoro... De oleaje moderado es sabrosísima para comenzar el día.
Infaltable ítem en la agenda si viajas a Tel Aviv. Todos los sabores del medio oriente están allí.
Los más deliciosos quesos frescos, producidos en su propia granja. Además tienen exquisitos postres de todo tipo. Abren solo en la tarde-noche menos los viernes.
Afuera está la misma Caracas de siempre, agresiva y voraz. Dentro de este hotel se conserva la tranquilidad y confort de años de experiencia. Vale mucho la pena.
Las instalaciones del bowling muy bien mejoradas, el club de Conejo Blanco, como siempre, una nota.
Un rinconcito, literalmente, donde puedes encontrar un buen café local, ricos postres y llevarte (si hay) una bolsita de café a casa.
