Un mole rico, pero genérico, ni siquiera bien servido, 280 pesos. Sí, ya sé que el guajolote es orgánico, pero por ese precio era para que te dieran el pavo entero.
El concepto padrísimo pero el servicio deja mucho que desear. Después de 15 mins esperando la carta, el mesero viene a advertir que la cocina está saturada. Pasaron como 35 mins entre un plato y otro.
Servicio lentísimo, les tienes que recordar qué pediste... Sopa de garbanzo con yerbabuena muy equis, buena tlayuda, el coctel de mezcal+pepino muuuy bueno!
Parece ser que en algún momento fue muy bueno. Ya no le echan muchas ganas, los platillos están ricos, pero poco cuidados. Esta actitud no va mucho con el precio.
La decoracion buena, el mole negro con pechuga que parece sacada de paquete congelado, su salsa mole aceptable. El arroz viejo y desabrido. Caro para la calidad, en resumen más bloff que buena comida